La prueba de amniocentesis es un análisis
de paternidad prenatal, que se utiliza para descubrir la paternidad y el
sexo del bebé meses antes del día de su nacimiento. Su proceso de estudio
consiste en la introducción de una aguja hasta la bolsa amniótica, pero para
saber más de ello lo repasaremos a continuación:
La prueba
Este examen se realiza a partir
de la semana quince del embarazo. En primer lugar, se debe realizar una
ecografía, esto debido a la necesidad del médico o ginecólogo de verificar la
posición del feto. Luego de ello, se introduce una fina aguja por el abdomen
(posteriormente se aplica anestesia) para extraer el ADN fetal.
Es muy común pensar que este tipo
de pruebas solo se realiza para saber la paternidad del niño; sin embargo, este
método es válido para verificar el sexo del bebé y comprobar que no presente
anomalías genéticas como el síndrome de Down. Por ello, la cantidad de muestra
variará dependiendo de los resultados a conseguir.
Como prueba de sexo
Es cierto que mediante las
ecografías se puede comprobar el sexo del niño, aunque estas no siempre son muy
precisas, debido a la posición del bebé. No obstante, el examen no presenta
esos inconvenientes pues su nivel de precisión (al contener ADN) es de un
99.9%. Además, su método invasivo es muy seguro, debido a las precauciones que
se toman al realizarlo.
Como prueba de paternidad
Al igual que la prueba de sexo,
este examen tiene una probabilidad del 99.9%, debido a que se extrae la
información directa del feto. En el líquido de la bolsa amniótica, por ejemplo,
podemos encontrar muestras de proteínas, células fetales y orina, por lo que el
examen no tiene formula de falla.
De igual forma, se recomienda
consultar a tu doctor si tu embarazo se encuentra apto para este examen
de paternidad invasiva.
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