La operación
de carnosidad en los ojos u operación de pterigion – como se la conoce técnicamente-
es necesaria en los pacientes que la
padecen, pues esta enfermedad (muy frecuente en zonas tropicales como Sudamérica)
es un tumor benigno de la conjuntiva bulbar del ojo.
La conjuntiva es la capa más externa del ojo, su función es
de protección siendo la primera en ser afectada por agentes externos como el
polvo y la radiación solar, cuando estos elementos se combinan en un paciente
susceptible existen muchas probabilidades de desarrollar “carnosidades” en los
ojos, las cuales son un crecimiento anómalo de la conjuntiva que si bien no es
maligno si puede llegar a ser muy molesto generando prurito ocular,
sensación de cuerpo extraño y enrojecimiento del ojo.
Los pterigion comienzan su crecimiento en la zona del limbo
corneo-escleral, parte blanca del ojo cercana a la pupila, pero sino se trata
adecuadamente su crecimiento puede ir hacia el centro de la córnea (área
transparente de la pupila) y llegar a obstruir la visión del paciente.
Una vez que el pterigion aparece la solución más común es la
cirugía, existen múltiples técnicas que permiten eliminar las carnosidades con
tasas de éxito bastante aceptables, sin embargo, cuando la lesión se detecta
temprano y tiene ciertas características estructurales podría sustituirse la cirugía
del pterigión por el tratamiento con láser.
Para tratar con láser las carnosidades estas no deben ser
muy extensas, lo ideal es que sean planas y que no sobrepasen en limbo
esclero-corneal; si todas estas condiciones están dadas el paciente es candidato
a resolución mediante láser en la superficie ocular.
Antes de la cirugía lasik se
indica un curso corto de colirio con esteroides para lograr que el área esté
libre de inflamación, simultáneamente se indican lágrimas artificiales a fin de
mantener lubricada y en buen estado la conjuntiva bulbar de manera que una vez
que realice el procedimiento la cicatrización sea óptima.
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